domingo, 26 de junio de 2011

Dime que...


     Mírame a los ojos y dime que no me quieres. - le dijo él-.
  No te quiero.
  Hace dos días no decías lo mismo.
  He cambiado de opinión, acaso ¿no puedo?
  Claro que puedes, pero no es creíble. No puedes decir eso de un día para otro.
  ¿Y por qué no? Me he aclarado, no te quiero más.
  Mientes.
  Acéptalo, es así. Si te la hubieras jugado un poco, valiente, yo seguiría como hasta ahora.
  Dime que todo lo que dices es mentira, por favor.
  ...
  ¡DILO!
  Gracias.
  ¿Perdona? - respondió sorprendido.
  Era la reacción que esperaba. Es la ley de: "No sabes lo que tienes hasta que lo pierdes." O en este caso, hasta que lo das por perdido.

No hay comentarios: